A menudo, en el lenguaje coloquial hablamos de manera indistinta de un medicamento, un fármaco o un principio activo, sin saber que en realidad, aunque similares, son conceptos que hacen referencia a productos de venta en farmacias con matices diferentes.
Cuando el médico elabora una prescripción, la famosa ‘receta’ como solemos llamarla, puede hacerlo con el nombre comercial del producto (Gelocatil, por ejemplo), o bien nombrando la sustancia responsable de ejercer la acción farmacológica, que sería el principio activo (paracetamol).
Así pues, aunque los tres términos hacen referencia a conceptos muy parecidos en el ámbito de la farmacia, hemos hablado con el portavoz de la Sociedad Española de Médico Generales y de Familia (SEMG), doctor Lorenzo Armenteros para que nos aclare esas pequeñas diferencias.
El principio activo, responsable de la función del medicamento
Para comenzar a entender cuáles son los puntos en común y las diferencias entre estos tres conceptos, el doctor comienza explicando que «el principio activo es esa sustancia responsable realmente, la que tiene propiedades, para provocar una acción en el organismo. En este caso, sería la de tratar o prevenir una enfermedad».
El nombre del principio activo siempre es el mismo, común para todos los facultativos a la hora de recetar al paciente,