Hay épocas del año en las que unas dolencias son más frecuentes que otras, por ejemplo, los resfriados y catarros son más habituales en invierno y las alergias al polen suelen asociarse con la primavera. Las alergias o molestias producidas por el cloro son más típicas del verano, por lo menos en España, donde son semanas de mucho calor en las que pocos pueden resistirse a un buen chapuzón que les ayude a refrescarse.

Aunque cada vez son más las piscinas que han dejado el cloro abandonado para optar por otras opciones, como las piscinas de sal, todavía hay muchas que emplean este compuesto irritante para desinfectar el agua. En grandes cantidades puede provocar reacciones de sensibilidad que no siempre es necesariamente una alergia al cloro. Quienes son alérgicos también lo son a las pequeñas concentraciones, como las que hay en el agua del grifo, reaccionando tanto si la beben como si se ponen ropa que ha sido lavada con ella.

Cómo saber si tienes alergia al cloro: los síntomas más frecuentes

Un buen baño en la piscina puede hacer que nuestro día de descanso sea también un día refrescante. Si embargo, corremos el riesgo de que una excesiva exposición al cloro pueda causarnos ciertas molestias, porque hay algunas zonas que presentan una mayor sensibilidad que otras,

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