Las cataratas son una de las afecciones que afectan a los ojos y que, normalmente, se relacionan con la edad. Sin embargo, también pueden estar causadas por factores genéticos o por traumatismos o por el consumo de algunos medicamentos.

Concretamente, son la opacificación total o parcial del cristalino, lo que produce la pérdida progresiva de la visión, tal y como informan desde el grupo oftalmológico Oftalvist. La única forma de curar esta afección, que siempre va a peor, es mediante la intervención quirúrgica.

Después de haber realizado pruebas diagnósticas y haber concretado que el paciente tiene cataratas, se procede a la operación. Antes de ella, se suelen hacer algunas pruebas que consisten en probar la agudeza visual, medir la tensión ocular o en hacer una tomografía de coherencia óptica, entre otras.

La operación de cataratas, que permite recuperar la visión normal del ojo, suele ser una intervención ambulatoria, por lo que el paciente no necesita quedarse ingresado. Además, se utiliza anestesia local, mediante gotas anestésicas o con una inyección periocular en el párpado.

Para la operación, el especialista hace un corte o incisión en el ojo y se extrae el cristalino con diferentes técnicas, dependiendo del tiempo de catarata, tal y como explican desde MedlinePlus, de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.

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