La congelación parece un suceso raro en países templados como España, pero es relativamente frecuente en otros lugares del mundo. Hasta el 1,1% de la población finlandesa experimenta lesiones severas por este motivo, según un estudio realizado en aquel estado y publicado en el medio especializado Scandinavial Journal of Work, Environment & Health en 2009.
Curiosamente, hasta el momento no existía ningún tratamiento farmacológico que pudiera evitarse para prevenir las lesiones necróticas que este mal puede causar y que a menudo terminan incluso con la amputación de miembros.
Un nuevo fármaco para la congelación
Ahora, la Administración de Fármacos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) ha dado luz verde a un fármaco contra la congelación, a pesar de que curiosamente no se desarrolló para este fin. Se trata de iloprost, un análogo sintético de la prostaciclina, y buscaba en principio tratar la hipertensión pulmonar (curiosamente, como la Viagra; de hecho, ambos medicamentos actúan como vasodilatadores)
Para entender cómo funciona, debemos atender a los procesos que tienen lugar en nuestro cuerpo cuando nos sometemos a temperaturas muy bajas. Para protegernos del frío, los vasos sanguíneos se contraen, ‘cerrando’ el flujo sanguíneo en las extremidades y en su lugar concentrándolo en los órganos vitales. De esta manera,