Es frecuente entre los adultos recurrir al fisioterapeuta para tratar distintas dolecias, pero no siempre se piensa en estos profesionales para solucionar problemas infantiles. En los últimos años ha ganado popularidad esta especialización dirigida a menores -desde bebés a adolescentes- que se ocupa corregir distintos trastornos.
«Se puede tratar a un bebé desde la primera semana después del nacimiento», explica el fisioterapeuta Raúl Rebollo, director de los centros Fisio-Médicos Leioa y Barakaldo, en el País Vasco. «Cuanto antes se le someta a fisioterapia infantil más se le podrá ayudar a corregir los problemas que condicionan su desarrollo. Hay que tener en cuenta que cuanto menor sea la edad del niño, mayor es su plasticidad cerebral y músculo-esquelética y más rápida será la evolución», añade.
Entre los problemas más frecuentes que se pueden tratar con fisioterapia están los digestivos, como estreñimiento, reflujo o cólicos, que suelen ocurrir en sistemas recién estrenados, -como es el caso de los bebés-, y que suelen provocar llantos contínuos. «Hace tiempo vinieron unos padres prácticamente desesperados porque su hija llevaba días sin parar de llorar. No sabían qué le pasaba y no podían conciliar el sueño por los llantos de la niña. Tras la evaluación de fisioterapia vimos que era un problema digestivo. Después de la primera sesión, los llantos se redujeron en un 60%. Los padres no se lo creían. Finalmente, acabamos con el problema en un par de sesiones», cuenta Rebollo.
Para solucionar estas dolencias se realiza una técnica muy suave, en el sentido del sistema digestivo, que no provoca dolor ni supone ningún riesgo para el bebé.
También son habituales en consulta los trastornos en el desarrollo, que pueden deberse a infecciones durante el parto, traumatismos, complicaciones al nacer o partos prematuros. Es el caso de niños con espina bífida, agenesias, parálisis cerebral, síndrome X frágil, escoliosis del lactante o hiperlordosis, entre otros. Algunas de estas condiciones suelen identificarse cuando el bebé no responde correctamente a las etapas de desarrollo –no es capaz de sentarse solo,