Los jóvenes (y no tan jóvenes) parecen vivir pegados a tus móviles, algo que podríamos pensar que solo sucede en España, pero que parece haberse convertido en algo global. Las nuevas tecnologías han llegado para quedarse y hacernos la vida más sencilla, pero también para crear nuevas preocupaciones ante los hábitos que vamos desarrollando y que parecen afectar más a las nuevas generaciones, esas que ya parecen haber nacido con un dispositivo electrónico en la mano.

Esto podría parecer algo meramente anecdótico, pero cada vez es más evidente que este tipo de hábitos está afectando a la salud de las personas. Desde aquellos que son incapaces de desconectar a los que sienten temor real ante la idea de llegar a perder el móvil, también están aquellos que sienten FOMO, un tipo de ansiedad social que deriva del temor a perderse alga experiencia que otros están disfrutando. Pueden parecer conceptos lejanos, pero una gran parte de los adultos de la generación Z son incapaces de mantener la concentración durante una conversación, incluso cuando esta está teniendo lugar cara a cara.

La generación Z encuentran «aburridas» las conversaciones reales

Para su Informe Anual de Salud Mental, AXA UK ordenó un estudio donde se analizó a jóvenes adultos entre 18 y 28 años. El objetivo de la investigación era conocer cómo la tecnología y el uso excesivo del teléfono afectan la capacidad de atención,

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