Con la freidora de aire ha pasado como con los robots aspiradoras: de haber vivido perfectamente sin ellos a haberse convertido en electrodomésticos a tener casi obligatoriamente en nuestras casas. En el caso de la freidora, el marketing promete alimentos más sanos y una reducción de calorías hasta en un 80 por ciento. Boticaria García aclara si por sí sola garantiza que tengamos una dieta saludable.

En principio, la freidora de aire se presenta como la aliada perfecta no solo para intentar comer más sano sino también ahorrar: una de las grandes ventajas que presenta es que la cantidad de aceite que usaremos para cocinar no tiene nada que ver con el que freímos en una sartén. Por lo tanto, el bolsillo también agradecerá la presencia de este electrodoméstico.

Como ocurre con cualquier electrodoméstico, tiene sus pros y también sus contras. No permite operaciones muy rápidas porque suele tardar entre 20 y 30 minutos en culminar la fritura, y además su capacidad estándar solo nos permite preparar raciones más bien pequeñas.

Minimiza la acrilamida, un compuesto tóxico

Pero más allá de las cuestiones técnicas menos favorables, Boticaria García hace hincapié en una ventaja que sí debemos tener en cuenta: las freidoras de aire reducen hasta un 90 por ciento la formación de acrilamida.

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