Rechazar, reducir, reutilizar, reciclar y reintegrar. Con estos cinco principios podemos revolucionar nuestros hábitos de consumo: rechazar lo innecesario, productos envasados o de usar y tirar; reducir el consumo de bienes y energía; reutilizar los artículos alargando su vida útil; reciclar lo que no se puede rechazar, reutilizar o reducir, y reintegrar desechos biológicos compostándolos para hacer abono. El objetivo es llevar una vida sostenible a nivel global.
Estos principios vertebran un movimiento que deriva del concepto zero waste (residuo cero) que comenzó a aplicarse tímidamente a mediados de los noventa para minimizar los desechos urbanos y de la manufactura. Bea Johnson, pionera del movimiento, lo adaptó al ámbito doméstico a partir de 2006, cuando se mudó con su familia (dos hijos, marido y un perro) a un apartamento hasta finalizar la obra de su vivienda actual en Mill Valley (California) y descubrió que vivían mejor, y más sosteniblemente, con casi todas sus pertenencias embaladas en un trastero. Desde 2008 solo generan un tarro de basura anual.
Las estrategias que desarrolló durante esos dos años para reducir radicalmente sus residuos las plasmó en el best seller Residuo cero en casa, traducido a 27 idiomas: “Probé un montón de cosas, pregunté a mi madre y a mi abuela cómo se organizaban antes. Así nació el estilo de vida residuo cero”, recuerda por Skype desde el tráiler con el que recorre EE UU y Canadá en una gira anual de conferencias.
Ahora, esta francesa de 45 años, nacida en la Provenza, ahorra un 40% de su presupuesto equipada con envases reutilizables y bolsas de tela, comprando a granel o de segunda mano, vistiendo 15 prendas que combina más de 50 veces o haciendo compost con un estilo impecablemente minimalista. En 2010, The New York Times recogió sus costumbres atrayendo tantas adhesiones como carcajadas: “Hay diversos grados de practicarlo, algunos empiezan reciclando o reduciendo sus compras. El consumo merma nuestra calidad de vida, no podemos seguir con hábitos tan insostenibles”, afirma.
Bea Johnson,