Para millones de estadounidenses con hijos, la vida es un constante y desesperado juego malabar. Durante el día tienen que ir al trabajo, ya sea porque son padres o madres solteros o porque las décadas de estancamiento de los salarios significan que ambos progenitores tienen que trabajar para llegar a fin de mes. Pero o bien no hay guarderías o las que hay son inasequibles.

Y la cosa es que no tiene por qué ser así. Otros países ricos tienen sistemas públicos de guarderías o bien subvencionan los cuidados infantiles para que estén al alcance de todos. Ni siquiera cuesta tanto dinero. Aunque otros países avanzados gastan, de media, el triple que nosotros en ayudar a las familias —con tanto como alardeamos de nuestros “valores familiares”— constituye una parte relativamente pequeña de sus presupuestos. En concreto, cuidar a los niños es mucho más barato que proporcionar atención sanitaria y pensiones de jubilación a los ancianos, algo que hasta Estados Unidos hace. Es más, el cuidar de los niños no solo ayuda a estos a crecer para convertirse en adultos productivos, sino que también tiene beneficios económicos inmediatos, al hacer que a sus padres les resulte más fácil permanecer en la población activa.

A lo largo de los últimos 20 años, el empleo de las mujeres entre 25 y 54 años en Estados Unidos se ha situado cada vez más por debajo del resto del mundo avanzado; en este momento, estamos muy por debajo incluso de Japón. Y la falta de cuidados infantiles probablemente sea una de las razones principales.

De modo que los cuidados infantiles deberían constituir realmente una parte importante del programa electoral progresista. Hillary Clinton presentó en 2016 un plan serio, pero los medios de comunicación estaban tan obsesionados con sus mensajes electrónicos que no le prestaron atención. Y si me preguntan a mí, la nueva propuesta de la senadora demócrata Elizabeth Warren no está recibiendo tanta atención como debería. Porque es el tipo de iniciativa que, si se promulga, mejoraría la vida de millones de personas, y podría materializarse de hecho en un futuro próximo.

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